viernes, 12 de junio de 2015

Festividad del Corazón de Jesús


Estamos en junio, mes que, como todos sabemos, la Iglesia dedica al Sagrado Corazón de Jesús.
Desde los orígenes del cristianismo, ha existido esta devoción; pues meditar el costado abierto de Jesús, de donde brotó sangre y agua al ser atravesado por la lanza, cuando, ya muerto, estaba colgado en aquel madero que le llevó a salvarnos, dio lugar al nacimiento de la Iglesia.

Muchos decimos que somos devotos del Corazón de Jesús. Sin embargo, ese AMOR de Cristo por nosotros, ¿es correspondido?. Si somos seguidores de Jesús, si somos cristianos, lo primero que debemos hacer es amarlo sobre todas las cosas, y amar al prójimo como a nosotros mismos. ¿Lo hacemos?. De ser así, ¿por qué esos rencores? ¿por qué esos odios? ¿por qué levantamos falsos testimonios sobre los demás? ¿por qué damos lugar a lo que, el Papa Francisco califica muy acertadamente como “chismes”? ¿por qué envidiamos a los demás? ¿por qué somos tan soberbios y prepotentes si debemos amar a los demás como a nosotros? Sí, es complicado, lo sé. A todos nos han hecho daño en algún momento. Pero, ¿no le hicieron daño a Jesús? ¿a caso no seguimos nosotros haciéndoselo?.

La característica principal del Corazón de Jesús, es su Divina Misericordia. ¿Practicamos la misericordia y la caridad con los demás?.

Analizadas estas pequeñas preguntas volvamos a pensar fríamente. ¿Somos auténticos devotos del Sagrado Corazón de Jesús?. ¿O es una mera fachada para aparentar que “somos buenos y un ejemplo para los demás”?

Este mes, es un buen momento para pararnos a meditar en nuestro día a día. ¿Qué haría Jesús en esta situación? ¿Qué respondería Jesús ante esta pregunta? ¿Cómo actuaría Jesús ante las mentiras y calumnias que estoy escuchando?... Intentemos entrar en su Corazón, que Él está deseoso de que lo amemos, de ayudarnos, de acogernos... Pensemos que lo negamos, lo olvidamos, lo ofendemos, lo herimos, lo maltratamos... y sin embargo, Él siempre está ahí para acogernos cuando más lo necesitamos. ¿Hacemos eso con los demás?

Que la llama ardiente de su Amor nos abra nuestro corazón duro, y nos infunda su Espíritu Santo para que podamos amarle y amar a los demás. Al fin y al cabo, y ciertamente, es lo único importante que debemos hacer en nuestra vida. Tan sencillo y, complicado a la vez, como eso. Pero alegrémonos. Contamos con su ayuda, con la de María Santísima, con la de los santos y ángeles de Dios, que están dispuestos a luchar por nosotros, siempre y cuando, queramos de verdad su apoyo.


Ánimo a todos.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
El Señor os bendiga.



No hay comentarios: